Historia

La historia del valle de Broto es la de su tenaz lucha por defender su libertad para gobernar sus asuntos y los escasos recursos que le proporcionaba su economía de montaña. Libres del dominio árabe y probables iniciadores de la reconquista del legendario Condado del Sobrarbe, desde el siglo XIII sus pueblos (Ayuntamiento de Broto y Ayuntamiento de Torla) eligen la Junta del Valle, que fue parlamento, gobierno y tribunal de sus intereses, gracias a diversos privilegios de los reyes de Aragón. A cambio, la Junta custodiaba la frontera con Francia y la ruta que la atravesaba por San Nicolás de Bujaruelo. Aquí mantiene también abierto el mesón, último hospedaje de origen medieval  en el Pirineo Aragonés.

En Oto hay señalización de La Ruta de los Hospitalaríos. Recorre el antiguo camino de San Nicolás de Bujaruelo hasta Oto y se encuentra marcada con una señalización diferenciada y con paneles informativos. La Orden de San Juan de Jerusalén se estableció en el Valle de Broto en el siglo XII, con la función de auxiliar a los peregrinos y proteger la ruta que entraba desde Gavarnie (Francia) por el puerto de Bujaruelo. Ellos construyeron los Hospitales de Gavarnie y de San Nicolás de Bujaruelo.

Para su asentamiento eligieron Oto por su situación defensiva, donde erigieron la iglesia románica. La estancia de los hospitalaríos en Oto se prolongó hasta comienzos del siglo XV, momento en que el pueblo se incorporó a la Corona de Aragón.